Con clara referencia a la técnica tradicional local, la propuesta se basa en establecer una estructura de control y acondicionamiento territorial a través de "dos grandes muros conceptuales" (Green Wall + Flow Wall). Cada uno de los muros cuenta con un carácter y función propios pero al instalarse en el lugar trabajan de manera complementaria y logran establecer un nuevo esquema para el encuentro del núcleo de San Bartolomé con su entorno natural. El esquema propuesto se completa con tres bandas transversales a través de las cuales se establece la interacción entre los muros al mismo tiempo que se conectan a la trama existente.
El carácter natural del Green Wall introduce el acercamiento a los valores del entorno rural, mientras el carácter urbano del Flow Wall garantiza los requerimientos necesarios para un desarrollo acorde al lugar. Así, cada uno de los muros y las conexiones establecidas a través de las bandas corresponden al equilibrio imprescindible para alcanzar y mantener la sostenibilidad ambiental, social y económica.
De esta manera, los grandes muros marcan con rotundidad el carácter longitudinal primario, y hacen presentes los caracteres de los dos entornos que en este punto se encuentran. A modo de dos grandes baterías, los "muros territoriales" actúan desde la proximidad existente entre ellos y en su conjunto conforma el motor generador de un nuevo esquema de desarrollo en la zona.
El parque lineal que conforma el Green Wall, contiene espacios abiertos de distintas escalas para el desarrollo de actividades de ocio y disfrute de la naturaleza que se organizan y comunican a través del trazado de redes de transportes verdes que recogen los flujos transversales. A través del Green Wall se desarrollan las distintas infraestructuras de reciclaje y eficiencia energética, equipándose con elementos de ahorro energético y producción de energías limpias.
Las viviendas se conectan al Flow Wall través de los espacios abiertos longitudinales, mientras su conexión con el Green Wall adquiere un carácter más íntimo y se realiza a través de las huertas urbanas gestionadas por los habitantes que generan un paisaje propio.
También a esta escala, utilizamos los muros como elementos de control y acondicionamiento y a ras de suelo se disponen un conjunto de muros que dirigen los flujos transversales y conectan los generados por las nuevas viviendas. Sobre este sistema de muros desfasados se disponen volúmenes blancos puros, integrándose así en las viviendas de la arquitectura tradicional de la zona, que al agruparlas alcanza una nueva escala que le permite integrarse también en la bolsa de dotaciones.
El nuevo conjunto residencial se presenta como una oportunidad para incorporar en la zona nuevos modos de vida. En este caso, proponemos viviendas vinculadas a esa combinación de modo de vida contemporáneo con el respeto y disfrute de la naturaleza.
El carácter permeable de los volúmenes junto con los vacíos centrales, define un esquema de funcionamiento versátil y flexible, que permite trabajar eficazmente en distintas orientaciones. Las viviendas están diseñadas y equipada para garantizar el confort de sus espacios y crear mecanismo de control y eficiencia energética; de tal manera que cuentan con sistema de sombras para el control del solamiento mediante persianas móviles, activación de la regeneración de aire, sistemas de equilibrio térmico y de reciclaje de aguas; entendiendo el conjunto como una máquina de eficiencia y ahorro energético.
Es un proyecto de SACO ARQUITECTURA
Equipo: Isabel Álvarez - Samuel DeWilde
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